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Dámaso Berenguer – 1920
€87,00
Figura para montar y pintar
Ref.: 6 – PCA
Peso: 250 grs.
Material: Metal blanco
Nº de piezas: 18
Reseña histórica:
Brillante general de caballería, que gozaba de la confianza regia y había fundado las unidades de tropas Regulares Indígenas. De talante liberal y profesional competente, su figura militar quedó muy tocada por el informe Picasso y su figura política se vio ensombrecida como jefe de gobierno, al encabezar un proyecto fallido de regeneración política. (Historia General de España en 12 Tomos. Editorial Planeta).
Dámaso Berenguer Fusté, primer conde de Xauen (4 de agosto de 1873-19 de mayo de 1953) fue un general y político español. Ocupó el cargo de Primer Ministro durante los últimos estallidos del reinado de Alfonso XIII. Nació en San Juan de los Remedios, Cuba, mientras que la isla era una división administrativa española. Se alistó en el ejército en 1889, sirviendo en Cuba y Marruecos.
Fundó las Fuerzas Regulares Indígenas el 30 de junio de 1911 y luchó en la siguiente campaña de Kert, liderando la acción que mató al líder rifeño Mohamed Ameziane en 1912, poniendo fin a la campaña. Fue ascendido a general de brigada en 1916 y, dos años después a general de división. En 1918, fue nombrado ministro de Guerra durante el gobierno del presidente Manuel García Prieto.
En enero de 1919 fue nombrado Alto Comisario de España en Marruecos. Procedió a ocupar Xauen el 14 de octubre de 1920, y Berenguer, uno de los principales protegidos de Alfonso XIII en África junto a Manuel Fernández Silvestre, recibió como recompensa el título nobiliario de Conde de Xauen.
El desastre para el ejército español en Marruecos en el verano de 1921, que incluyó la derrota en la batalla de Annual y la consiguiente matanza de unos 2.000 soldados españoles en Monte Arruit, asesinados por los rifeños después de su rendición, dio un golpe de gracia al régimen de la Restauración. Las Fuerzas Armadas se polarizaron en gran medida entre africanistas vs. junteros. Berenguer sancionó el despliegue de armas químicas contra civiles durante la Guerra del Rif, afirmando en un telegrama dirigido al Ministro de Guerra en agosto de 1921 que «me he resistido obstinadamente al uso de gases sofocantes contra estos pueblos indígenas pero después de lo que han hecho, y de su conducta traicionera y engañosa, tengo que usarlos con verdadero gozo».
Después de tres intentos anteriores rechazados de entregar su renuncia como Alto Comisario, finalmente lo hizo a mediados de 1922. Ya se había abierto una investigación oficial llevada a cabo por el general Picasso para determinar las responsabilidades de la desastrosa estrategia militar frente al colapso de 1921, y Berenguer, en su calidad de Alto Comisario, se encontraba entre los imputados.
En medio del colapso estructural del régimen de la Restauración, en el verano de 1923, se llevaron a cabo esquemas de conspiración en el ejército. En septiembre tuvo lugar en Barcelona el pronunciamiento de Miguel Primo de Rivera, que trajo la dictadura que lleva su nombre, ya que el rey nombró al primero como Primer Ministro tras el éxito del golpe de Estado.
A pesar de los intentos de paralizar el proceso por parte de Primo de Rivera (incluso intentó confiscar el informe), el 16 de junio de 1924 se inició el juicio sobre la actuación de Berenguer y Navarro. Intentando complacer a los militares, Primo de Rivera amnistió a Berenguer.
En 1926, Berenguer se convierte en Jefe de Estado Mayor de la Casa Militar del Rey, puesto convencionalmente destinado a quemar a los generales queridos por Alfonso XIII para alejarlos de los focos durante un tiempo.
En enero de 1930, tras la renuncia forzosa de Primo de Rivera, Alfonso XIII encargó a Berenguer la formación de un gobierno que buscara restaurar el país a su estado anterior a 1923, como si nada hubiera sucedido en ese período. Durante su mandato como primer ministro, Berenguer derogó algunas de las medidas más duras introducidas por Primo de Rivera, lo que le valió a su régimen el apodo de dictablanda, en contraposición a la dictadura anterior.
También enfrentó una serie de problemas, como el aumento de las demandas por la abolición de la monarquía, la desorganización de los partidos políticos del país después de siete años de represión que hicieron imposible la convocatoria de elecciones anticipadas, disturbios laborales y al menos un levantamiento militar.
La figura está representada a finales de 1920 –previo al desastre de Anual-, siendo Berenguer Alto Comisario de Marruecos. Viste el uniforme caqui, reglamentario para todo el ejército español (Real Orden de 20 de junio de 1914). Lleva la guerrera abierta con corbata, en uso desde ese año. Como se puede observar por fotografías de la época, era frecuente combinar el uniforme caqui con la pelliza azul. En este caso, se toca con el chambergo, muy usado por Berenguer en campaña. Porta en su mano derecha el bastón de general, de uso obligatorio para los generales desde el reglamento de 1875.
Categoría: Generales de España
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