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SANTA ELENA – 1817.
€65,00
Figura para Montar y Pintar
Ref.: 05 – NAP
Peso: 250 grs.
Material: White Metal
Numero de Piezas: 18
Reseña Histórica:
Imagínese la consternación de Napoleón cuando se dio cuenta de que no estaba siendo desterrado a Estados Unidos como él había previsto, sino a la remota isla de Santa Elena en el Atlántico medio. Situada a 1.200 millas de la masa continental más cercana frente a la costa occidental de África, Santa Elena fue la elección ideal para el exilio de Napoleón…, después de todo, ¡lo último que querían los británicos era una repetición de Elba!
Napoleón llegó a Santa Elena el 15 de octubre de 1815, después de diez semanas en el mar a bordo del navío HMS Northumberland.
William Balcombe, empleado de la Compañía de las Indias Orientales y antiguo amigo de la familia del emperador francés, instaló a Napoleón en Briars Pavilion cuando llegó por primera vez a la isla. Sin embargo, unos meses más tarde, en diciembre de 1815, el emperador fue trasladado a la cercana Longwood House, una propiedad que se dice que era particularmente fría, poco atractiva e infestada de ratas.
Llevaba con él un importante séquito. En total eran casi treinta personas, entre las que no estaban algunas que habrían querido unirse a Napoleón en su destierro, como su revoltosa hermana Paulina, lo que sin duda hubiera hecho más divertida la estancia. Los personajes principales que partían con el corso eran los generales Bertrand, Montholon (ambos con sus esposas e hijos) y Gourgaud, un héroe en el Bérézina y que había salvado a Napoleón al descerrajarle un tiro a un cosaco que amenazaba al emperador con su lanza; el conde de Las Cases, en calidad de secretario y futuro autor de las memorias del emperador, con su hijo; y diez criados, entre ellos el valet de chambre Marchand, abnegado, leal e indispensable; el cocinero Lepage, los hermanos Archambault, caballerizo y cochero, el barbero Santini, el repostero Piéron, y por supuesto Louis-Etienne Saint Denis, mameluco de la guardia y apodado Alí, que ya había acompañado al emperador en la isla de Elba.
Durante el tiempo de Napoleón en la isla, Sir Hudson Lowe fue nombrado gobernador de Santa Elena. El deber principal de Lowe era asegurarse de que no escapara, pero también proporcionar suministros para Napoleón y su séquito. Si bien solo se vieron seis veces, su relación está bien documentada como tensa y amarga. Su principal punto de discordia fue que Lowe se negó a dirigirse a Napoleón como emperador de los franceses. Sin embargo, cinco años después, Napoleón finalmente se ganó a Lowe y lo convenció de que construyera una nueva Longwood House. Sin embargo, murió poco antes de que se completara, después de seis años de exilio en la isla.
Durante los tres primeros años de estancia en Santa Elena, Napoleón pudo montar a uno de sus caballos favoritos, Visir.
Visir, nacido en 1793, era un caballo pequeño (1,35 m) de raza árabe de capa blanca alazana, inmortalizado en numerosas pinturas ecuestres. En 1802 el sultán otomano Selim III se lo regaló a Napoleón y pronto se convertiría en unos de los preferidos del emperador. Entre las más destacadas, Visir participó en la decisiva y victoriosa batalla de Jena contra los prusianos, y en la encarnizada batalla de Eylau contra las tropas rusas donde murieron alrededor de 45.000 soldados de ambos bandos. En 1814 acompañó a su amo al exilio en la isla de Elba. En 1815 coincidiendo con el regreso de Napoleón a París y con el periodo conocido como los Cien Días, Visir sería jubilado del servicio activo. Eso no sería obstáculo para que Napoleón, pidiera llevárselo al nuevo exilio.
Llevaba el hierro de la cuadra imperial, una «N» coronada en su muslo izquierdo y murió en Francia en 1826, casi cinco años después de la muerte del Emperador.
Por expreso deseo del Emperador, al final de sus días, Visir es llevado nuevamente a Francia y entregado al Señor Chaulaire -funcionario de la Cuadra Imperial-, quién había cuidado de él mientras el Emperador estaba en la campaña de Rusia, y a quién Napoleón se había dirigido, para que lo preparase para el exilio. Dicho Señor Chaulaire, conservó a Visir hasta la muerte del animal. Una vez muerto lo hizo embalsamar y escribió su historia.
En la figura, a Napoleón le podemos ver vistiendo ropa civil. Se toca con un sombrero de paja, de ala ancha, representado en numerosos dibujos y grabados. Monta a Visir, que como se ha dicho era un pequeño semental árabe, al que Napoleón profesaba un cariño especial y que le había acompañado en numerosas ocasiones. Con él y solo en los primeros años de su exilio, se le permitió dar largos paseos por la isla. La silla de montar es el modelo utilizado en Santa Elena que fue devuelto a Francia, donde se encuentra en la actualidad.
Categoría: Napoleón a Caballo
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