Napoleón quería evitar un combate frontal porque estaba en inferioridad numérica: contaba con menos hombres y cañones que sus enemigos. Por esta razón, dio comienzo a la batalla con un breve asalto y una retirada fingida, que dejó debilitado a propósito su flanco derecho. Así incitó a los rusos y austríacos a atacarlo en ese lugar. Cuando estos se desplazaron, Napoleón usó tropas que tenía en reserva para avanzar hacia las posiciones abandonadas por los aliados, rodear y destruir el centro enemigo. Luego atacó el flanco izquierdo. Solo se salvó el ala derecha aliada, que emprendió una caótica retirada.
La “batalla de los tres emperadores”, como también se la conoce, es considerada como una de las victorias militares más importantes de Napoleón y una demostración de su genio táctico, además de una de las más brillantes de la historia de la estrategia militar. Gracias a ella logró romper la coalición que se había formado contra él y abrir la puerta a casi una década de hegemonía francesa en Europa.
Austerlitz es, sin lugar a dudas, el cénit de la maestría militar de Napoleón. En inferioridad numérica, en apenas tres meses, desde el 25 de Agosto de 1805, día en el que comienzan a marchar hacia el frente las primeras unidades de la “Grande Armée”, acantonadas en Boulogne, hasta el 4 de diciembre del mismo año, día en que el emperador austriaco, Francisco I solicita el armisticio. Napoleón ha ocupado Viena, destruido la práctica totalidad del ejército austriaco, puesto en desbandada al ejército ruso que se dirige hacia Polonia y consolidado su control total en Europa central y occidental.
Entre las principales consecuencias de la batalla de Austerlitz, podemos enumerar las siguientes:
El fin de la Tercera Coalición, que se desarticuló tras de la victoria de Napoleón. La firma del Tratado de Presburgo, el 26 de diciembre de 1805, que estableció el fin de las hostilidades entre Francia y Austria, su salida de la Tercera Coalición, la pérdida de todos sus territorios en Italia y el pago de una indemnización a los franceses.
La disolución del Sacro Imperio Romano Germánico, tras la abdicación del emperador austríaco Francisco I al trono imperial, en 1806. El Sacro Imperio, que existía desde el año 962, fue reemplazado por la Confederación del Rin, integrada por 16 Estados alemanes aliados de Napoleón.
La ocupación del reino de Nápoles, en el sur de Italia, por fuerzas francesas comandadas por el mariscal André Masséna. El rey napolitano Fernando IV se refugió en la isla de Sicilia, a la cual los franceses no pudieron llegar debido a la presencia de buques británicos.
La consolidación del Imperio napoleónico, que durante los siguientes 8 años dominaría el continente europeo.
La derrota del Imperio ruso, el cual a pesar de haber perdido más de 10.000 hombres, continuó la guerra contra Napoleón.
La formación de la Cuarta Coalición (1806) alentada por Federico Guillermo III, rey de Prusia. Los dirigentes de este reino alemán estaban alarmados por las victorias francesas y deseaban poner fin a la influencia del Imperio napoleónico en Europa Central. Esta coalición, integrada además por Rusia, Sajonia, Suecia y Gran Bretaña. En 1806, a instigación de ésta y gracias a los abundantes subsidios prodigados por el gabinete de Londres a la corte de Prusia, esta última se unió a la coalición temiendo el poder emergente de Francia tras la derrota austríaca. Prusia y Rusia se movilizaron para una nueva campaña, y las tropas prusianas se concentraron en Sajonia.
Napoleón contraatacó, derrotando a los prusianos de forma decisiva en la batalla de Jena-Auerstädt, en octubre de 1806. Las fuerzas francesas de Napoleón ocuparon entonces Prusia, capturando Berlín el 25 de octubre de 1806.
La imagen de Napoléon que nos muestra la figura, es la representada en centenares de grabados, cuadros e imágenes de la batalla. Ya era habitual verle vistiendo el redingote gris que había adoptado dos años antes, así como uno de sus habituales tricornios. Monta un caballo de silla alemán (de los varios que montó en la batalla), bayo de capa y de dieciséis manos y media de altura. Como era habitual en campaña, lleva una sencilla silla de general. Podemos observar, la cola del caballo recogida en un nudo, muy común en las campañas invernales.
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