CATÁLOGO

Porta-gúión de Regulares de Ceuta nº 3 – 1934.

65,00

Figura para montar y pintar
Ref.: 9 – TC
Peso: 190 grs.
Material: Metal blanco
Nº de piezas: 19
Reseña histórica:

El 30 de junio de 1911 se decretó la creación de una fuerza indígena compuesto por cuatro compañías de infantería y un escuadrón de caballería. Para el mando y organización de esta unidad experimental se pone a un soldado de prestigio: el teniente coronel Dámaso Berenguer Fusté. Melilla es el punto elegido para la concentración y adiestramiento de la nueva tropa. En octubre de ese mismo año el batallón cuenta ya con 20 jefes y oficiales, 300 soldados indígenas y 127 caballos. Esta tropa había tomado el nombre de FUERZAS REGULARES INDIGENAS.

En 1914 se ampliaron las fuerzas de Regulares con la creación de cuatro grupos. Cada uno de estos cuatro grupos estaba formado por dos Tabores de Infantería de tres compañías más un Tabor de caballería de tres escuadrones. Combatieron siempre a la vanguardia de nuestras tropas. En concreto, los Grupos de Fuerzas Regulares Indígenas quedaron constituidos así:

  • Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas «Tetuán» Nº 1, con acuartelamiento en Tetuán.
  • Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas «Melilla» Nº 2, (Melilla y Nador).
  • Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas «Ceuta» Nº 3 (Ceuta).
  • Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas «Larache» Nº 4 (Arcila y Larache).
  • En 1921 y tras el Desastre de Annual fue creada otra unidad:
  • Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas «Alhucemas» Nº 5, con base en Segangan.
  • El Grupo de Fuerzas Regulares Ceuta nº 3 fue una de las unidades que participó intensamente en las campañas marroquíes hasta el final de las operaciones en 1927. Más tarde intervendrá en la represión de la Revolución asturiana de octubre de 1934 y en la Guerra Civil española. La unidad prestará servicios durante setenta años, permaneciendo en Ceuta hasta su disolución en julio de 1985, integrándose en el actual Grupo de Regulares nº 54.

    La Revolución de Asturias fue una insurrección obrera ocurrida en Asturias en el mes de octubre de 1934 que formaba parte de la huelga general revolucionaria organizada por los socialistas (PSOE) en toda España conocida con el nombre de Revolución de octubre de 1934 y que sólo arraigó completamente en Asturias, ​debido fundamentalmente a que allí la anarquista CNT sí se integró en la Alianza Obrera propuesta por los socialistas de la UGT y el PSOE, a diferencia de lo sucedido en el resto de España. De ahí que la forma de organización social y política de la Comuna Asturiana —nombre con el que también se conoce a la Revolución de Asturias, por sus similitudes con la Comuna de París de 1871—fuera la instauración de un régimen socialista​ en las localidades donde predominaban los socialistas (o los comunistas), como Mieres, donde se proclamó la República Socialista, o como Sama de Langreo; o comunista libertario donde predominaran los anarcosindicalistas de la CNT, como en Gijón y sobre todo en La Felguera.

    Fue duramente reprimida por el gobierno, recurriendo, por decisión del ministro de la guerra y del general Franco que dirigió las operaciones militares desde Madrid, a las tropas coloniales marroquíes —los regulares del Ejército de África— y a la Legión procedentes del Marruecos español. ​ A pesar de ser derrotada, la Revolución de Asturias se convirtió en casi un mito para la izquierda obrera española y europea, a la altura de la Comuna de París o el Sóviet de Petrogrado de 1917, ya que fue la «última revolución social, duramente sofocada y aniquilada, del occidente europeo».

    La figura está sacada de una fotografía que muestra a una columna del Tabor de Caballería del Grupo de Ceuta en marcha por la carretera de Mieres a Oviedo en 1934, durante la sofocación de los levantamientos de Asturias. Esta fotografía la reproduce Jose María Bueno en su libro: LOS REGULARES. Uniformes y organización de las Tropas Regulares Indígenas de Marruecos.

    Representa a un cabo porta-guion. Cabe destacar, como la figura lleva el mecanismo del cerrojo del mosquetón cubierto por una funda de cuero (para preservarlo de la abundante lluvia de la región) y el sulham enrollado en la grupa de la silla. En la fotografía citada se pueden observar seis jinetes, de los cuales tres van tocados con la chechia que ya había ido evolucionando hacia el posterior ,,y otros tres con el turbante como el de la figura.


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